En Una Vuelta Studio diseñamos invitaciones y papelería nupcial con la misma delicadeza y atención al detalle que caracteriza tu vestido, desde el primer momento. Buscamos crear piezas que emocionen, que hablen de la pareja y acompañen con sensibilidad ese día tan especial.

En el caso de María y Luis, la papelería de su boda giró en torno a un elemento visual tan delicado como poderoso: la hortensia, coprotagonista natural del diseño y símbolo de su historia. Esta flor, ilustrada a mano en acuarela, fue creada especialmente para ellos. Su trazo suave y su textura sutil, en tonos granates, se convirtió en el hilo conductor del universo gráfico de la boda. La hortensia transmite al mismo tiempo romanticismo, elegancia y una sensación de calma que envolvía toda la celebración.

Junto a ella, los nombres de María y Luis fueron diseñados con una tipografía moderna de inspiración clásica, que actuó casi como un logotipo de la boda. Con cuerpo, carácter y sofisticación, esta tipografía aportó estructura y presencia a la composición sin robar protagonismo a lo ilustrado.

El conjunto de piezas incluía también dos ilustraciones lineales hechas a mano con rotring, que representaban los dos espacios clave del enlace: el lugar de la ceremonia y el de la celebración. Estas ilustraciones, dibujadas con el mismo estilo artesanal que la hortensia pero sin color, funcionaban como pequeños mapas íntimos, guiando a los invitados desde lo emocional y lo visual.

Como detalle especial, diseñamos un sello de lacre personalizado con la silueta de una de las pequeñas flores que componen la hortensia. Un gesto sutil y delicado que aportaba textura y personalidad al conjunto, sellando cada sobre como si se tratara de una carta íntima.

La paleta cromática, centrada en el contraste entre un profundo rojo burdeos y el blanco puro del papel, ayudó a generar una sensación de elegancia sobria y atemporal. El burdeos aportaba profundidad, mientras que el blanco equilibraba, iluminaba y dejaba respirar cada composición.

Y porque lo gráfico no termina con la invitación, llevamos el diseño un paso más allá: creamos una etiqueta de vino personalizada, acompañada de una bolsa especial como regalo para los invitados. Una manera de cerrar el círculo, agradeciendo su presencia con una pieza que conserva el mismo lenguaje visual: cuidado, emocional, coherente y con alma.